jueves, 27 de noviembre de 2014

Rayuela Capítulo 93 - Julio Cortazar

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fájate. Pero fijatebien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen  orque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante. Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta. ¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, pero un honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosa fuera posible.

Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido, pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is a plastic’s age, man, a plastic’s age. Olvidate de la perras. Rajá, jauría, tenemos que pensar, lo que se llama pensar, es decir sentir, situarse y confrontarse antes de permitir el paso de la más pequeña oración principal o subordinada. París es un centro, entendés, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse. Entonces un cogito que sea como respirar París, entrar en él dejándolo entrar, neuma y no logos. Argentino compadrón, desembarcando con la suficiencia de una cultura de tres por cinco, entendido en todo, al día en todo, con un buen gusto aceptable, la historia de la raza humana bien sabida, los períodos artísticos, el románico y el gótico, las corrientes filosóficas, las tensiones políticas, la Shell Mex, la acción y la reflexión, el compromiso y la libertad, Piero della Francesca y Anton Weber, la tecnología bien catalogada, Lettera 22, Fiat 1600, Juan XXIII. Qué bien, qué bien. Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d’oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d’oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a deseamos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos, de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezaron a tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises el uno en el pucho del otro, nos frotábamos con los ojos, estábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos, apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakens normandos). Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y...

Horacio, Horacio.

Merde, alors. ¿Por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegíaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Amores imposibles - Ismael Serrano

Cuando caiga la tarde, lo verás salir 
arrastrando de casa el calor del hogar. 
Cortará alguna flor, besará a su mujer, 
perseguirá la estela de un cometa fugaz. 
Y en la calle lo verás abrir la flor de su secreto. 
Y empezará a soñar. 
Quizá vaya al billar a mirar hombres y prostitutas. 
Quizá invente una cita 
con un Adonis para él. 

Ningún hombre lo amó. 
A nadie reveló su pasión y los juegos, 
el deseo clandestino. 
No hubo cartas de amor, 
no hubo día del orgullo. 
No le devolverán los veranos perdidos. 
Y Cernuda lo ve suspirar, triste, desde el Parnaso. 
San Sebastián asaetado reza por tus pecados, 
llora por ti, no olvida 
al que sufre en silencio 
a su oveja perdida. 

CORO: 
Miran al cielo y piden un deseo: 
contigo la noche más bella. 

Amores imposibles 
que escriben en canciones 
el trazo de una estrella. 

Cartas que nunca se envían. 
Botellas que brillan 
en el mar del olvido. 
Nunca dejes de buscarme 
la excusa más cobarde 
es culpar al destino, 
es culpar al destino. 

Cuando salga de clase, lo volverá a encontrar 
en el lado salvaje, tras el humo del hash. 
Él, dulce calavera. Él, corsario de barrio. 

Ella, dulce muñeca. Ella, seria y formal. 
Él no escucha el rumor de sus alas si pasa a su lado. 
Pobre Blancanieves, 
nuestro príncipe prefiere a la madrastra, 
a la mala del cuento. 


Él será la manzana 
donde duerme el veneno. 
Ella soñará un verso que él nunca escuchará. 
Él no trepará sus trenzas una noche de invierno. 

Ella soñará un viaje y no habrá despedidas. 
Ni canciones de amor, ni Capuleto y Montesco. 
Crecerán y en la espuma del tiempo 
se deshacen sus sueños. 
No quedará ni un recuerdo, 
ni en la noche un lamento. 

Quizá una leve herida 
que lavará el olvido 
o el agua de la clepsidra. 

Miran al cielo y piden un deseo: 
contigo la noche más bella. 
Amores imposibles 
que escriben en canciones 
el trazo de una estrella. 
Cartas que nunca se envían. 
Botellas que brillan 
en el mar del olvido. 
Nunca dejes de buscarme 
la excusa más cobarde 
es culpar al destino, 
es culpar al destino. 

Caminando hacia el sur, tomando la autopista, 
han abierto un garito, muy cerquita del pueblo, 
donde huríes desnudas venidas de cien mundos 
celebran cada noche catorce de febrero. 
Y en la aldea un hombre suspira si el neón se ilumina. 

No tuvo Eva este Adán, 
no hubo asiento de atrás, 
ni caricias, ni cartas perfumadas, 
no hubo cita en el parque. 
No hubo chicas de Plan. 

Cuando caiga la noche lo verás entrar 
como cada domingo aseado y puntual. 
La encontrará en la barra, como a un delfín varado 
que ha perdido su estrella, que un día expulsó el mar. 
Ella escucha y él, enamorado, desnuda sus miedos. 
Entre el ruido, benjamines de champán 
y otros delfines cobrando su rescate 
a náufragos perdidos 
sueña raptar a su amante. 

Miran al cielo y piden un deseo: 
contigo la noche más bella. 
Amores imposibles 
que escriben en canciones 
el trazo de una estrella. 
Cartas que nunca se envían. 
Botellas que brillan 
en el mar del olvido. 
Nunca dejes de buscarme 
la excusa más cobarde 
es culpar al destino, 
es culpar al destino.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Sin retorno

He tratado infructuosamente de calmar esta tristeza, cada día me consume y no puedo detenerla, ya no es tanto la persona y lo que es para mi, es tan difícil aceptarlo..., sencillamente es el vacío que dejo, la impotencia de que mi esfuerzo fuera nada, al final quien quisiera compartir mis demonios.

La verdad es que ni un inesperado reencuentro, nuevas y renovadas promesas o un simple y llano encuentro ya no bastaran, la decadencia inunda cada poro de mi ser, la decisión a sido tomada, este mundo no contiene nada para mi.

Esta tristeza abona el terreno para la insatisfacción latente, día a día me convenzo que sólo viviré con una tristeza fingida y una soledad creciente, tengo tanto miedo al mañana, no hay luz, no hay esperanza.

Llegue al punto del hastío total, solo espero la fecha pactada conmigo mismo, por fin llegara el día en que deje de tener esos sueños tan dolorosos, esos lamentos al despertar, esas ganas de llorar a cada momento, quizá por fin encuentre la paz que tanto ansio.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Al día de hoy

Y me hundo en mi, no tengo mas fuerzas para seguir, que concejo me puede ayudar de aquellos que no saben lo que es sentir esa profunda soledad desde hace ya tanto tiempo.

Me pierdo en mi, pensando y pensando si vale la pena sentirse así, pero como sentirse si todo esta perdido, bien o mal me construí en función de alguien mas, siempre arriesgandolo todo, nadie se queda permanentemente en la vida de otra persona, mas suicida aun sabiendo las circunstancias que no rodeaban.

Aún existo por que se que debo existir, es lo que me enseñaron, no quiero existir mas es la única realidad latente, me siento solo, triste y sin esperanza de un mañana diferente.

Amigos? Solo de vagas promesas que pasado el tiempo se truncaron, me juzgan y se cansan, si tan solo supieran que ruego por su compañía.

Familia? Cierto, están ahí pero hace tiempo se rompieron los lazos, no me siento a gusto con ellos, quisiera que fuera diferente, pero así es como son las cosas siempre la familia desintegrada, aun anhelaba el tener una familia aunque fuera un poco unida, la verdad es tan diferente.

Trabajo? Es lo único que me distrae, no tengo nada mas, es un cansancio mental por todas las situaciones que se presentan tan agobiante que me hace sentir tan miserable que me distrae de mi verdadero dolor.

Quisiera haber hecho tantas cosas pero la verdad es que solo no puedo cambiar, la vez que cambie fue en base a alguien mas, ahora esa cimentación se derrumba, tengo que cargar con este dolor, no hay consuelo en mi infierno, solo debo esperar a que llegue la fecha y decidir si en verdad es lo que quiero, acabar con todo o seguir con una existencia tan vacía.

No importa a donde vaya ni lo que haga siempre todo sera igual un sin sentido ante todo, no puedo escapar... Nada tiene ahora sentido...

jueves, 13 de noviembre de 2014

Tabaqueria - Fernando Pessoa

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
A parte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
del cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe quién es
(y de saberse, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,
con la muerte manchando de humedad las paredes y blanqueando
                                                                  [los cabellos a los hombres,
con el Destino que guía el carro de todo por el camino de nada. 
Estoy hoy vencido, como si supiese la verdad.
Estoy hoy lúcido, como si estuviese a punto de morir,
y no tuviese más hermandad con las cosas
que la de una despedida, tornándose esta casa y este lado de la calle
en el convoy de un tren, y el silbido de su partida
desde dentro de mi cabeza,
sacudidos mis nervios y chirriantes mis huesos al arrancar.
Hoy estoy perplejo, como quien pensó y halló y olvidó.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que debo
a la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fracasé en todo.
Como no hice ningún propósito, tal vez todo fuese nada.
Con el aprendizaje que me dieron,
me descolgué por la ventana trasera de la casa.
Fui al campo con grandes propósitos.
pero allí sólo encontré yerbas y árboles,
y si había gente era igual a la otra.
Abandono la ventana, me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¿Qué sé yo lo que seré, yo, que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tanta cosa!
¡Y hay tantos que piensan ser la misma cosa que no podrán serla
                                                                                               [tantos!
¿Genio? En este momento
cien mil cerebros se conciben en sueños genios como yo,
y la historia no señalará, ¿quién sabe? ni a uno,
ni quedará sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay tantos locos descerebrados con tantas
                                                                                                 [certezas!
Yo, que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cierto o menos cierto?
No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no están en esta hora genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
—sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas—,
y quién sabe si realizables,
nunca verán la luz del sol real ni llegarán a oídos de nadie?
El mundo es de quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que cuanto Napoleón hizo.
He abrazado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo.
Hice filosofías en secreto que ningún Kant escribió.
Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no nació para eso;
seré siempre tan sólo el que tenía cualidades;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una
                                                                              [pared sin puerta
y cantó la cantiga del Infinito en un gallinero,
y escuchó la voz de Dios en un pozo cerrado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámeme la Naturaleza sobre la cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que me despeina el cabello,
y lo demás que venga si viene o tuviera que venir, o no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos todo el mundo antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y él es opaco,
nos levantamos y él es ajeno,
salimos de la casa y él es la tierra entera,
más el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolatinas, pequeña;
¡Come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que la de las
                                                                          [chocolatinas.
Mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Si pudiese yo comer chocolatinas con la misma verdad con que tú
                                                                                            [las comes!
Mas yo pienso y, al quitarles el papel de plata, que es de hoja de
                                                                                           [estaño,
arrojo todo al suelo, como arrojé la vida.)
Pero al menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico quebrado hacia lo Imposible.
Mas al menos dedico a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble al menos por el gesto de largueza con que arrojo
la ropa sucia que soy, sin motivo, para el discurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como estatua con vida,
o patricia romana, de improbable nobleza y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y colorida,
o marquesa del siglo dieciocho, escotada y distante,
cocotte célebre del tiempo de nuestros padres,
o no sé qué moderno —no concibo bien qué—,
todo eso, sea lo que sea, que seas, si puede inspirar ¡qué inspire!
Mi corazón es un balde vacío.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco
a mí mismo y nada encuentro.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan
veo los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
Y todo esto me es ajeno, como todo.)
Viví, estudié, amé y hasta creí,
y hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
A cada uno miro los andrajos y las llagas y la mentira,
y pienso: tal vez nunca vivieses ni estudiases ni amases ni creyeses
(porque es posible hacer la realidad de todo eso sin hacer nada
                                                                                        [de eso);
tal vez hayas existido apenas, como una lagartija a quien cortan
                                                                                              [el rabo
y es sólo un rabo retorciéndose más acá de la lagartija.
Hice de mí lo que no supe,
y lo que pude hacer de mí no lo hice.
El disfraz que vestí era equivocado.
Me tomaron enseguida por quien no era, y no lo desmentí,
                                                                             [y me perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
estaba pegada a la cara.
Cuando la arrojé y me vi en el espejo, ya había envejecido.
Estaba borracho, y no sabía vestir el disfraz que no me había
                                                                                      [quitado.
Arrojé la mascara y dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
quién pudiera encontrarte como cosa que yo hice,
y no quedarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo,
como una alfombra en la que un borracho tropieza
o el capacho que los gitanos robaron y no valía nada.
Pero el Dueño de la Tabaquería llegó a la puerta y se quedó
                                                                            [en la puerta.
Lo miro con la incomodidad de la cabeza vuelta
y con la incomodidad del alma que mal entiende.
Él morirá y yo moriré.
Él dejará el letrero, yo dejaré versos.
Un día morirá el letrero también y mis versos también.
Después morirá la calle donde estuvo el letrero,
y la lengua en que fueron escritos los versos.
Morirá después el planeta girante en que todo esto sucedió.
En otros satélites de otros sistemas cualquier cosa como gente
continuará haciendo cosas como versos y viviendo debajo
                                                         [de cosas como letreros.
Siempre una cosa frente a la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan cierto como el sueño del misterio
                                                                                   [de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni otra.
Pero un hombre entró en la Tabaquería (¿para comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,
y voy a intentar escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarro la liberación de todos los pensamientos.
Sigo el humo como una ruta propia,
y gozo, en un momento sensitivo y adecuado,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de estar
                                                                                  [mal dispuesto.
Después me reclino en la silla
y sigo fumando.
Hasta que el Destino me lo permita continuaré fumando
(Si me casase con la hija de mi lavandera
tal vez fuese feliz.)
Visto esto, me levanto de la silla. Me acerco a la ventana.
El hombre salió de la Tabaquería (¿guarda el cambio en el bolsillo
                                                                                  [del pantalón?).
Ah, lo conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería asoma a la puerta.)
Como por instinto divino, el Esteves se volvió y me vio.
Hizo una señal de adiós, le grité ¡Adiós, Esteves!, y el universo
se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza, y el Dueño de la
                                                                   [Tabaquería sonríe.

martes, 11 de noviembre de 2014

Por todo lo malo

Por todo lo malo que le hice, cuanta bajeza que existió en mi, traicione su confianza, la lleve al limite... merezco que se aleje de mi, no merezco si quiera volver a escuchar su voz, merezco esta terrible agonía del día a día, que bueno que ya es feliz...

Cuando aun se podía huir...

XXX

No recuerdo muy bien cómo empezar una carta, la verdad hace tanto que no escribo algo tan personal, pero gracias a ti me he logrado reinventar de una manera asombrosa, como te lo dije, directa e indirectamente sacas lo mejor de mí. Originalmente había pensado escribirte un párrafo de esta carta a diario (sé que es como un plagio al poeta de los culos, pero es una buena idea que debía ser emulada, al menos lo intente), pero lamentablemente me resulto imposible lograr que mis sentimientos e ideas fluyeran al son de esta pluma.
Son tantas ideas que circulan por mi cabeza que honestamente no sé por dónde empezar a plasmar este mar tan bello que tengo ante mí. He de admitir que sin duda tu sola presencia me es cautivadora, tu belleza es impactante, pero sin embargo, aprecio más a todo aquello que representas, tu esencia, ese ser hermoso llamado XXXX, esa mujer inteligente e interesante que puede llegar a sentirse vulnerable y agobiada.
Estoy seguro que mis instintos son demasiado básicos e idílicos pero el simple hecho de que tomes, (y te arrepientas al tiempo), mi mano, me hace sentir que no necesito nada más y todo marchara bien. No sé si soy demasiado conformista o un pobre soñador de tiempos más simples, pero esa es mi realidad tu mano y la mía, en breves y bellos instantes, se vuelven todo.

Desde hace tiempo trato de definir que somos tú y yo y no encuentro nada que defina nuestra relación, quizá solo quiero ponerle una etiqueta para racionalizar lo que no se puede racionalizar, ya que, a pesar del poco tiempo que hemos pasado juntos confiamos el uno en el otro, que en estos tiempos es ya decir demasiado.
Siempre pensé que el solo hecho de decirte que sacas lo mejor de mí era algo inadecuado, pero esa es otra faceta en la que haces relucir de las personas, y en mi caso, no fue la  excepción. Quizá el simple hecho de evitar que te aburras de mi me hizo reinventarme, si bien crees que se más cosas que tú, me esfuerzo para que vaya más allá del mero conocimiento, quiero que se vean reflejadas en hechos, en cosas hechas especialmente para ti.

En ti he encontrado tanta felicidad y tristeza desmedida que vivo en la total incertidumbre. Por un lado estar y hablar contigo me hacen sentir muy bien, a alguien le interesa lo que tengo que decir y me siento útil de que puedo escuchar lo que tienes que decir, pero por el otro me siento tan mal de no poder satisfacer todas tus necesidades y no poder ser aquel que cumpla tus expectativas. No se ya que hacer, mis defectos pesan más en ti que mis virtudes. Alimentando por este círculo vicioso se encuentra esta incertidumbre que hace crecer mi ansiedad que enarbola mis defectos.

Quizá lo sientas como cobardía o un acto egoísta de mi parte, pero es una realidad que tú y yo sabemos que no podemos seguir... es para mí muy frustrante que el decirte te quiero (lo deje de hacer), que me preocupara mucho por ti (lo deje de exteriorizar) te hicieran sentir rara... me destrozaba no por el hecho del freno que ponías a mi sentir por ti, sino por el hecho de hacerte sentir dudas de algo que, como un intruso empecé a crear... eso sin duda era más lastimoso para mí. Desde hace tiempo me había decidido a ponerle punto final a esto porque no quería desestabilizar tu vida y honestamente no quería salir más lastimado, a estas alturas solo puedo prevenir el no confundirte más con mis acciones, en cuanto a mí solo vislumbró una pesadez por perder lo logrado contigo y rearmarme. Solo quería pasar los días sintiendo que era algo para alguien y que quizá esa infértil esperanza pasaría, la realidad ha sido muy diferente.

Espero que esta carta la leas el 24 y no el 23 Santa Claus se enojaría, de cualquier forma, lo que encuentres en este obsequio es la materialización de una plática intrascendente que me dedique en hacerla realidad. Me gusta mucho que crezcas intelectualmente, adoras la poesía y te conseguí casi toda la colección de Luvina, no pude conseguirla toda, algunos números lamentablemente ya no existen en la mismísima universidad de Guadalajara, hice cuanto pude y si pudiera te reimprimiría los números solo para ti y es aquí cuando veo que mis esfuerzos tienen un límite. Sin embargo creo que lo disfrutarás y pasaras un rato muy ameno leyendo mucha poesía inmersa en una historia de una revista.

Quizá no pudiste esperar y habré visto tu sonrisa al haber abierto la caja. De otra manera tengo una imagen armada en mi cabeza del momento tu linda sonrisa inundando la habitación. Por esa sonrisa, por esa mujer, por XXXX he hecho todo lo que está en mis manos para verla feliz. Al final es mi último esfuerzo para verte sonreír.

No hay plazo que no se cumpla y este... es el nuestro, no estaba escrito pero es necesario, ha sido el mejor lapso de mi vida, donde volví a soñar y a creer en alguien más, me divertí mucho contigo, desde limpiar tu casa hasta el XXX Day, todo ha sido bueno con los bemoles que mi comportamiento y ansias de demostrarte físicamente más emociones. Lamento haber perdido la brújula de ser amigos y querer ser tu pareja, tienes toda la razón en muchas de ellas había un interés más allá del que tu querías, pero debo decirte que lo hice sin maldad de por medio solo quería al final de cualquiera que hayan sido mis motivos, el hacerte feliz.
Tengo muchas esperanzas que este final no te afecte mucho, tienes buenos amigos y alguien más que te hagan más soportable este adiós (si es que genera alguna pesadez), encontrarás otra persona con quien platicar largas horas y días, quien como amigos te haga feliz llevándote a comer cosas ricas, eventos culturales y cosas lúdicas juntos, hubiera dado mi vida por ser indispensable en la tuya.

No tengo razón alguna pase lo que pase para odiarte, sé que las cosas que pasaron que complicaron tus deseos con lo que en realidad pasaba lo hiciste sin darte cuenta y menos puedo culparte por perseguir aquello que te llenara como mujer. Lo que en verdad odiaré es que no pude hacerte feliz como hubiera deseado, ser aquel que llenara tus expectativas y más que nada el no poder ser el amigo que querías estuviera contigo siempre... Odiaré perderme tu cumpleaños y ver cuando tengas tu maestría y seas una directiva exitosa... odiare todas las promesas inconclusas, eso odiaré, odiare no escuchar nunca más tu sonrisa, incluso cuando roncas... pero a ti... jamás...

Quizá no este mas ahí para marcarte por las mañanas para que no pierdas el bus o llamarte desde un oxxo a mitad de la nada para cantarte las mañanitas, recordarte que no metas la llave en la cerradura de arriba en casa de tu mama, regar a tus plantitas, atascar de comida a micha, lavar tus trastes, limpiar tu casa (conseguirás quien lo haga bien), estar ahí cuando quieras hacer catarsis, rescatarte de antros aburridos, ir por ropa hasta el fin del mundo, desbloquear logros al volante o en la vida cotidiana, atrapar burbujitas en el metro, platicar por largos periodos en la noche, tener sábados o domingos de flojera, ir a comer al maid y terminar con un cupcake (te seguiré debiendo el sugar free), recordarte que micha necesita wiskas aunque ya solo coma del sam’s, comparte comida de cuyo, ayudarte a relajarte cuando estés con XXXXX, buscar hadas verdes infructuosamente, buscar palabras raras juntos, comer fondue con frutos rojos, usar transfer y que el cajero te de billetitos rosas, ver tu foto diaria al espejo... comer quesito y beber vino en tu casa, probar ese rico te chai con galletitas de helado, cantar karaoke en jueves, llevar a micha al veterinario, comer alitas, darte masajitos relajantes, contarte historias incitantes, ir por café, darte cintitas, (todo un recuento), perder apuestas contigo sin que me importe, probar tus ricos huevos al horno sin jugo de zanahoria, probar tamales con cremita y parmesano, preocuparme tanto porque llegaras bien a casa hasta quitarme el sueño... y quizá solo el estar ahí, pero alguien se preocupara y hará todo eso por ti, siempre habrá alguien... lo sé...

Gracias por todo XXX, aunque brevemente fuimos muy felices, te agradezco por todo. Cuando necesites algo que nadie más pueda hacer por ti, tienes mi teléfono y te aseguro que siempre te contestaré, te deseo todo el éxito del mundo y espero que seas muy pero muy feliz, te extrañare hasta desear morir... pero es lo mejor no quiero llegar a ser un lastre, al fin y al cabo un fama no debe enamorarse de un cronopio…


Adiós...

Los días pasan...

Y así sin mas, los días pasan y pasan, no tengo mas esperanzas que rogar el no despertar al irme a dormir, cada día la tristeza se anega dentro de mi, razonando por que ni lo mejor de mi valió la pena, darlo todo al 100% olvidándome de mi... Quizá un poco mas hubiera bastado para terminar de completarme y alcanzar la plenitud, un poco mas de retribución, ahora sobre lo que me había cimentado se desplomo, no me queda mas.

Quizá si la frustración de que nada sirviera no se hubiera apoderado de mi, hubiera hecho mejor las cosas, soy un pésimo ser humano por haberme dejado llevar en esos últimos días por querer arrasarlo todo...

Creo que hay algún mundo para mi, pero en este ya no tengo mas que hacer, solo me queda ver pasar la vida lentamente, llorando amargamente a ratos y esperar, esperar ese anhelado final...

lunes, 10 de noviembre de 2014

Exilio / Alejandra Pizarnik

A Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.

viernes, 7 de noviembre de 2014

En retrospectiva

Se amaron, no lo dudo... El final era inevitable, se dieron tiempo, espacio y lo intentaron nuevamente.

Tan distintos, tan ajenos, no hubo magia en ellos, solamente estaban juntos por aquel amor misterioso. El destino lo quizo así, no hubo palabras ni acciones que enmendaran los errores. El fallo primero... Anhelaba cosas que ella no podría darle, ella traicionada actuó de la misma manera.

Ese agonizante amor dio sus últimos suspiros pero no había nada mas que hacer, con la primer traición la magia que unía lo dispar se acabo. Ella continuo y encontró su igual... El perdido en la desesperación por haber matado a la magia que unía lo imposible se perdió en el dolor... Después de algún tiempo dejo de doler, pero el alma estaba ya tan arruinada que la sombra de el fue lo único que la culpa dejo...

jueves, 6 de noviembre de 2014

Oniria e Insomnia - Love of Lesbian

Oniria encuentra a Insomnia, 
los dos conectan bien, 
Quizás en otra vida, 
fueron un mismo ser. 

"Atrévete a acompañarme, 
vamos a andar por los cables" 

Y en el bar, La Bohemia fue, 
la primera y tercera vez, 
de neón, sus arterias ven, 
llevan tiempo esperándose. 



lunes, 3 de noviembre de 2014

La Frase tonta de la semana - La Quinta Estación

Y se que vas a estar mejor cuando me vaya
Y se que todo va a seguir como si nada
Yo seguiré perdido entre aviones
Entre canciones y carreteras
En la distancia no seré mas tu parte incompleta