sábado, 11 de julio de 2015

11 de julio

La semana pasada después de evitar a todo mundo durante 6 meses decidí ver a mi mejor amiga de nuevo, me dijo que me extraña y quería saber de mi, había cambiado mi número de celular pero al parecer es difícil mantener las cosas en secreto, de cualquier forma fui a verla, honestamente lo necesitaba, deseaba hablar con alguien.

Me incómoda mucho el estar rodeado de gente, ya no lo soportó, fuimos a un bar, ver a las demás personas felices es un peso enorme que no toleró, volver a fingir sonrisas, comonlo detesto, para ser alguien que debe tratar con personas es irónico que odie la convivencia.

Su vida se ha movido mucho desde la última vez que nos vimos, la mía no ha evolucionado la gran cosa, al menos para mi, el hecho de que este estudiando una segunda carrera parece darle ánimos de que estoy saliendo adelante poco a poco, nada más errado, cuando llegue el momento la soga acabará con todo. Pero como lo sospeche, aborrece que siga penando en ella, que la soga queriendo, pero que puedo hacer si así son las cosas, la plática no llegó a mucho, terminamos hablando de su vida y sus problemas. Con que cara le doy consejos si mi vida va a la deriva... Otra ve sentí que su vida (o la de cualquier otra persona) es más importante que la mia, otra vez la máscara, así como ella, nadie va más profundo, nadie ve la verdadera tristeza, nadie ve el camino al patíbulo.

La hipocrecia que es mi vida pronto se vende abajo.

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