Simplemente no puedo, no importa el tiempo que pase dejar de sentir este dolor en el pecho, su ausencia es un gran vacío que no se llena, cualquier actividad parece insignificante ante el vacío. Mi energía la dedicó a no pensar, a no sentir, a no soñar, a no tratar, también resulta insignificante, día a día estoy tan cansado, y no es suficiente, jamás lo es.
Un día un recuerdo, una sonrisa y una lágrima que ahogar en la ausencia, luchando contra mis deseos de buscarla, la tristeza parece ser lo único latente. Mi soledad sofocante es la expiación de mis errores y el daño causado, una muerte lenta ante la impotencia del descanso definitivo.
Sea amor o capricho, el dolor es palpable, el hastío domina mis pasos.
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