Los dos lo sabian , lo que era mejor para los dos... Los dos nos engañamos, fue quizá el hecho de que en nuestras vidas nos faltaba lo que el otro aportaba... No quisimos separarnos en su momento.
Cada día representaba una nueva herida, un nuevo dolor... Mas sin embargo estábamos dispuestos a soportarlo... Los dos nos queríamos, otra cosa que nos unía.
Jamas nos percatamos que esas nuevas heridas lentamente nos separaban y mataban por dentro, ya no eramos lo que antes fuimos...
Era inevitable convertirnos en dos ajenos, cada quien con sus heridas y sus recuerdos, lo vivido quedo en anécdota, en una nostalgia pasajera... Fuimos felices pero al final estábamos destinados a no ser...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario