Una vez mas no quiero dormir, encuentro paz en que mi conciencia se funda con el cansancio. Fue sin duda la única fórmula que encontré en dejar de pensar poco a poco y de que el dolor se apacigüe lentamente.
Decidí dejar a un lado todas esas esperanzas en todo, entregarme por completo a la soledad, olvidar las expectativas de un mejor mañana, me hundo lentamente en un agujero profundo del que nadie me salvara y yo no estoy dispuesto a volver a entregarme a las vanalidades de un amor que me enloquezca, a esas amistades que jamas están cuando el mundo hiela mi alma, solo esa simbiosis del cansancio y consciencia me ayudaron a tomar tan drástica decisión.
No mas falsas esperanzas, ni malos sueños que provoca esa felicidad efímera de una palabra de afecto, un abrazo que me una en uno solo sin ser tan fuerte para dejarme así por siempre, sin mas expectativas de que alguien vea dentro de mi y no me abandone, la única esperanza valida es el saber que debo de apaciguar el cansancio hasta quedar sin fuerzas y al final descansar lo suficiente para ser socialmente eficaz en esa falacia del día a día que me he de enfrentar.
No mas sonrisas, no mas sueños y el poder hacer magia por quien me interesa, por que se que no les intereso. Solo esperar a que el cansancio obtenga como siempre su victoria en este demacrado ser con media sombra.
Anhelo dejar de dormir por siempre hasta que mi cerebro no piense mas, solo actúe en consecuencia del vaivén de la vida, hasta que el mundo deje que lo abandone en paz, al fin y al cabo jamas encaje en el.
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